Ante los desafíos ambientales cada vez más acuciantes y una población global en rápido crecimiento, la necesidad de prácticas agrícolas sostenibles nunca ha sido tan apremiante. Un enfoque que está ganando terreno es la agricultura complementaria, un sistema que aprovecha las sinergias entre diferentes cultivos y técnicas agrícolas para maximizar los rendimientos y minimizar los impactos ambientales negativos.
En Hugo Restrepo y Cía somos conscientes de los múltiples beneficios de la agricultura sostenible y sabemos que el ají o chile es un gran aliado para agricultores que tengan cultivos de ciclos largos.
La agricultura complementaria, encarna los principios de biodiversidad, eficiencia de recursos y resiliencia. A diferencia de la agricultura convencional de monocultivo, que depende en gran medida de una sola especie de cultivo, la agricultura complementaria abraza la diversidad de variedades de cultivos e inclusive puede integrar el ganado, en sistemas silvopastoriles, y la gestión del paisaje.
La agricultura complementaria opera bajo la premisa de que diferentes cultivos y ganado pueden complementarse en términos de ciclo de nutrientes, control de plagas y salud del suelo. Al integrar estratégicamente varios elementos dentro del sistema agrícola, se busca crear un ecosistema armonioso que imite los procesos naturales encontrados en la naturaleza. Esto fomenta la biodiversidad y reduce el riesgo de fracaso de los cultivos debido a brotes de plagas o enfermedades. Además, mitiga riesgos y puede presentar una mayor productividad y una fertilidad mejorada del suelo con el tiempo.
Por esto hemos firmado un convenio con ‘Partners for the Americas’ como parte del proyecto “Colombian Cacao & Complementary Crops for Development (C4D)” con el propósito de avanzar en la cadena de valor del cacao en Colombia, con fines de generar mayores ingresos para productores a través de la diversificación y comercialización de cultivos complementarios como el del ají en alianza con los contratos agrícolas de Hugo Restrepo y Cia. El proyecto C4D busca beneficiar a un total de 5.500 pequeños productores agrupados en 90 organizaciones.
Los beneficios de la agricultura complementaria van más allá de la gestión ambiental; también tienen implicaciones sociales y económicas significativas. Al diversificar sus sistemas de producción, los agricultores pueden aumentar su resiliencia a las fluctuaciones del mercado y las incertidumbres climáticas. Además, al fomentar sistemas alimentarios locales y fortalecer los lazos comunitarios, la agricultura complementaria puede contribuir al desarrollo rural y la seguridad alimentaria.
La participación de Hugo Restrepo permite facilitar el acceso a infraestructura de mercado para productos agrícolas diversos con el del ají en sus variedades Cayena, Habanero, Jalapeño y/o Tabasco. El cultivo del ají tiene un ciclo corto y los agricultores pueden tener alrededor de 8 meses de cosecha, lo que es un excelente ingreso mientras maduran otros cultivos. Igualmente, pueden cultivarse extensiones pequeñas, desde ¼ de hectárea por agricultor. Todos estos aspectos hacen del ají un aliado especial en la agricultura complementaria.
En conclusión, la agricultura complementaria ofrece una visión convincente para el futuro de la agricultura, una que enfatiza la resiliencia, la biodiversidad y la sostenibilidad. Al aprovechar el poder de las sinergias ecológicas, este enfoque integrado tiene el potencial de transformar la agricultura en una fuerza regenerativa.
